AVANZA CO2. Almacenamiento Geológico de CO2. Confinamiento

Mecanismos de confinamiento de CO2

La seguridad a largo plazo del emplazamiento, dependerá de una combinación de trampas físicas y químicas; los tres primeros mecanismos de retención se basan en propiedades fí­sicas, mientras que los dos últimos confinan el CO2 mediante procesos químicos.

Trampa Estructural

Esta trampa sucede cuando un fluido en estado gaseoso o líquido es confinado de forma estática por debajo de una capa impermeable (por ejemplo, esquistos, arcillas o evaporitas) y no puede fluir. En el caso del CO2, a pesar del efecto de flotabilidad (el CO2 suele ser menos denso que el resto de fluidos presentes), este no puede migrar de forma vertical o lateral debido a estas capas impermeables.

Este tipo de trampas incluyen anticlinales, bloques de falla y estratigráficas. El almacenamiento en estas trampas puede ser similar a las que previamente han contenido hidrocarburos.

Este mecanismo de retención actúa de forma inmediata cuando el CO2 es inyectado. Se debe prestar especial atención para no exceder la presión (o sobre-presión) que cree fracturas en la formación sello o reactive fallas.

trampa estructural para el almacenamiento de CO2

Figura. Tipos de estructuras geológicas consideradas idóneas como confinamiento estructural. Fuente: B. Llamas 2009

Trampa Hidrodinámica

Este tipo de trampa ocurre cuando el CO2 se inyecta por debajo del estrato de confinamiento en acuí­feros salinos profundos en el que el agua de formación migra a lo largo de la estructura, en un sistema de flujo a escala regional y de cuenca.

La velocidad típica del flujo en este sistema es del orden de cm/año mientras que la formación presenta una escala del orden de decenas o centenas de km, por lo que en ausencia de una trampa estructural, el tiempo de tránsito hasta alcanzar estratos superiores o de descarga tardará cientos de años.

Durante este tiempo, el resto de mecanismos de retención podrán actuar con lo que el resultado neto hace que no exista CO2 en fase libre y por tanto que no se alcancen estratos más someros.

Este mecanismo es de actuación inmediata (al igual que la trama estructural). Si el CO2 se encuentra en fase gaseosa la velocidad de migración será mayor, ya que es menos viscoso que la salmuera (fluido original).

Trampa Residual

Debido a la migración que realiza  el CO2 a lo largo del reservorio, una parte de este queda retenida debido a la tensión superficial, manteniéndolo fijo a las partículas sólidas existentes.

Podrá decirse que confina burbujas de CO2 aisladas entre los poros, mientras que el resto del fluido inyectado migra a lo largo de la matriz rocosa.

Cuanto mayor sea el volumen de roca por el que se desplaza, mayor será el volumen de CO2 confinado, estimándose la capacidad de confinamiento de este tipo de mecanismo de retención entre el 5% y el 30% del total de CO2 inyectado.

Por otro lado,  este mecanismo esta regulado por las propiedades de humectabilidad de los sólidos (roca) por los lí­quidos (salmuera y CO2). Las sales disueltas en el agua o los aumentos de presión incrementan la fuerza de atracción molecular, que puede descender por la presencia de sales orgánicas tenso-activas o con el aumento de la temperatura.

Posteriormente, el CO2 atrapado se podrá disolver en agua (trampa por disolución) e incluso reaccionar con la formación almacén (trampa mineral).

Trampa por disolución/solubilidad

El CO2 inyectado se disolverá gradualmente en el agua de la formación (o en el petróleo si lo hubiese) de forma total o parcial, dependiendo del tiempo y la saturación del CO2 en el agua. La presión y la temperatura, también influyen en gran medida en el grado de disolución.

La cantidad de CO2 disuelto y el ritmo de disolución en el agua dependerán de la química del agua y el ritmo de contacto del CO2 con el agua de formación no saturada (a mayor ritmo, mayor disolución). Una vez saturada el agua de formación, se reduce la influencia de este mecanismo de confinamiento, siendo controlado entonces por los mecanismos de convección y difusión.

A lo largo del tiempo (cientos o miles de años) y debido a que el agua saturada es más densa, ésta tendrá un movimiento descendente hasta la base de la formación proporcionando a su vez una trampa de gran capacidad. Dicha capacidad dependerá de la permeabilidad y espesor de la reserva y especialmente de una buena permeabilidad vertical.

La gran ventaja de este mecanismo de retención, es que una vez que el CO2 es disuelto, este no existe en fase separada, con lo que se elimina el efecto de flotabilidad que impulsa el CO2 hacia el techo de la formación.

Trampa Mineral

El CO2 disuelto en el fluido de la formación produce un ácido débil, capaz de reaccionar con la formación almacén o incluso con la formación de cobertera.

El resultado del mecanismo es la transformación y precipitación en minerales carbonatados en la formación.  El tiempo de actuación será función de la mineralogía de la formación y el tipo de fluido así­ como de la interacción que tiene lugar.

La capacidad de confinamiento de este mecanismo depende de la composición mineralógica del reservorio. En rocas calizas las reacciones tienen lugar casi inmediatamente, sin embargo, en presencia de cuarzo (areniscas) la reacción podrá no llegar a tener lugar.

Aunque se le puede considerar un mecanismo de confinamiento permanente, su baja velocidad de actuación hace que otros mecanismos actúen antes.