Noticias - ETSIME-UPM

Discurso de Graduación Escuela de Minas y Energía (César Luaces Frades)

21 de febrero 2025 | César Luaces Frades, Dr. Ingeniero de Minas

Rector Magnífico de la Universidad Politécnica de Madrid, Vicerrector de Profesorado, Director de la Escuela de Minas y Energía, Director en Funciones de la Escuela de Ingenieros Industriales, Decano del Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas, autoridades, distinguidos profesores, familias orgullosas y, sobre todo, queridos nuevos titulados.

Es un gran honor, para mí, haber sido invitado a pronunciar este discurso ante esta nueva generación de ingenieros, en esta querida Escuela a la que me siento tan ligado, como antiguo alumno, como miembro de su Consejo Asesor, como promotor de la Cátedra ANEFA de Tecnología de Áridos para la Sostenibilidad que cumple ahora 25 años, como profesor Ad-Honorem para este curso o como colaborador en proyectos europeos de I+D+i como DIGIECOQUARRY y ROTATE.

Hace ya demasiados años, yo también estuve como vosotros sentado a la espera de recibir mi título y recuerdo de aquel día un deslumbrante y hermoso discurso de un profesor, donde unas rosas poéticas y rebeldes se trenzaban con las palabras técnicas.

Por eso sé que hoy es un día que quedará grabado en vuestra memoria.

Un día que marca el final de un viaje y el comienzo de otro, aún más apasionante.

No es solo un día de ceremonia, es el umbral de una nueva era en vuestras vidas.

Habéis recorrido un camino de esfuerzo y superación en una de las instituciones más prestigiosas y antiguas de Europa y del Mundo en la formación de Ingenieros de Minas y Energía, que cumplirá 250 años próximamente.

Y en ella, habéis descifrado los secretos de la Tierra, entendido su poder, su riqueza y también su fragilidad.

Hoy, la Escuela de Minas y Energía de la Universidad Politécnica de Madrid os entrega no solo un título, sino una misión: ser los ingenieros que construyan nuestro futuro.

Permitidme hacer unas reflexiones personales, como representante de toda la industria de materias primas minerales.
Somos la industria más antigua, la más estratégica y la última que habrá sobre la Tierra.

Hace una semana estuve en el centenario de una asociación visitando el museo Arqueológico Nacional. Y, rodeado de cerámicas, mosaicos, esculturas, joyas, vidrios, policromías, etc., es cuando se es realmente consciente de que, sin la minería no tendríamos ni historia, ni cultura, ni siquiera escritura.

Simplemente no habría civilización.

Ninguno de los derechos fundamentales se podría cubrir. No tendríamos educación. Ni salud. Ni justicia. Ni viviendas. Ni siquiera medio ambiente.

Solo tendríamos la NADA.

Porque, aunque muchos lo ignoren, como todos vosotros bien sabéis, absolutamente todo lo que nos rodea nace de la tierra, de su riqueza mineral o ha sido producido gracias a ésta.

Aunque muchos, sin duda equivocados, todavía no lo vean así.

Desde las materias primas hoy conocidas como fundamentales, críticas o estratégicas, como el cobre, el litio, el wolframio, por ejemplo, hasta las más humildes pero igualmente importantes y esenciales como los áridos, los minerales industriales, las arcillas, el yeso o las rocas ornamentales, todas ellas son indispensables para disponer de todo aquello que nos rodea.

Sin embargo, extraña y absurdamente, durante décadas, entre 1980 y 2020, Europa y, por extensión España, así como la inmensa mayoría de sus ciudadanos, se han olvidado de nuestra industria.

Hemos sido, y todavía somos, una actividad desconocida y denostada por la sociedad e ignorada por los políticos de todo signo. Incomprensiblemente condenada al ostracismo y al arrinconamiento ético, moral y administrativo. Nuestra sociedad ha querido vivir en una especie de Matrix alejada de la realidad de las cosas.

Pero como, obviamente, el ser humano está ligado a su realidad física, hoy, Europa y España han descubierto abruptamente que, sin el acceso a las materias primas minerales y a todas las formas de energía, sus ciudadanos actuales no podrán legarles a las nuevas generaciones el futuro de derechos, cultura y bienestar que recibieron de sus padres.

Un perfecto indicador de que las materias primas minerales son esenciales, es que el nuevo gobierno americano no para de hacer anuncios sobre Groenlandia, o sobre Ucrania, en cuya raíz está el control de los minerales con los que asegurar la resiliencia de sus cadenas de valor industriales, como base imprescindible para su desarrollo económico. Estas noticias están concienciado a la sociedad mundial sobre nuestra importancia.

Por esto, tras casi estar al borde de la exclusión social, la industria de las materias primas, que siempre ha estado silenciosamente aquí produciendo todo lo que nos rodea y manteniendo a las cadenas de valor, al resto de la industria y la riqueza de los ciudadanos europeos, está de vuelta al centro del escenario, para recuperar un futuro que será brillante.

La aprobación del Reglamento Europeo de Materias Primas Fundamentales, de la Hoja de Ruta para la Gestión Sostenible de las Materias Primas Minerales, el giro de la política europea que va a significar el Clean Industrial Deal que se publicará en unas semanas, la estrategia industrial europea renovada o el anteproyecto de ley

de industria y autonomía estratégica son muestras evidentes de que esto ha cambiado definitivamente.

Aunque este cambio no será inmediato y habrá que recorrer un camino complejo para restablecer las cosas.

Y es en este marco, en el que tendréis que liderar la transformación sostenible, digital y energética.
El mundo ha cambiado y la minería progresivamente ha ido evolucionando con él. Ya no basta con extraer recursos; hoy debemos hacerlo con inteligencia, con respeto y con visión de largo plazo. Os graduáis en un momento en el que la industria afronta un reto formidable: ser sostenible sin dejar de ser esencial.

Sin minería, sin las rocas y los minerales, no hay digitalización, no hay transición energética, no hay innovación.

Pero tampoco puede haber minería sin responsabilidad, sin equilibrio con el medio ambiente, o sin compromiso social.

Vosotros sois la generación que no solo explotará todos esos recursos, sino que regenerará los ecosistemas.

La que hará que una mina o una cantera no sean solo huecos en la tierra, sino motores del desarrollo y espacios donde la tecnología y la sostenibilidad se abracen.

La que impulsará la economía circular para que sea, todavía más, una palanca central de nuestra actividad.

La que incorporará la inteligencia artificial y el big-data a la gestión de los yacimientos.

Pero no olvidéis nunca que, por avanzada que sea la inteligencia artificial, ninguna máquina puede reemplazar la capacidad creativa, la intuición y el ingenio de una mente humana. La verdadera innovación nace del inconformismo, de la capacidad de cuestionarlo todo, y de la voluntad de buscar respuestas, donde otros solo ven obstáculos.

También tendréis que afrontar el reto energético y la descarbonización, pues no podemos hablar del futuro sin hablar de energía. La transición hacia un modelo energético más limpio y sostenible es una necesidad inaplazable. La descarbonización de la economía no es solo un desafío, es también una oportunidad para reinventarnos. Las energías renovables, el almacenamiento energético, el hidrógeno verde, otras alternativas energéticas que aún ni imaginamos, la captura y almacenamiento de CO2, o la eficiencia en el uso de los recursos definirán el porvenir de nuestra industria y de nuestra sociedad.

Vosotros seréis protagonistas de esta transformación, ingenieros que harán posible un mundo donde la energía sea abundante, accesible y respetuosa con el planeta.

Porque sin energía, no hay progreso, pero sin sostenibilidad, no hay futuro.

Y, aunque todavía no las he mencionado, no olvidemos nunca que, también, la geología y la metalurgia son dos ciencias que sostienen el mundo.
Desde la geología, aprendemos a comprender los procesos de la Tierra, a descubrir sus riquezas y a extraerlas de forma responsable. Y cuando esos minerales ven la luz, la metalurgia toma el testigo para convertir lo bruto en útil, transformar lo inerte en herramienta, dar forma a los metales que hacen posible la industria, el transporte o la tecnología.

Pero nada de esto será posible sin investigación. La clave del futuro reside en la capacidad de descubrir nuevas soluciones, de desarrollar procesos más eficientes, de innovar en la manera en que extraemos, transformamos y reutilizamos los recursos del planeta.

Pero basta de hablar de la industria. ¡Es el momento de hablar de vosotros, los nuevos titulados!
Vais a tener que asumir vuestra misión de liderar con propósito, ya que la minería del futuro no se construirá solo con tecnología.

Se construirá con personas valientes, con líderes comprometidos, con mentes brillantes y corazones firmes. Se construirá con vosotros.

Víctor Küpper, un conferenciante motivacional muy conocido, demuestra matemáticamente que la actitud tiene un efecto multiplicador sobre dos elementos imprescindibles: los conocimientos y las habilidades, que se suman entre sí. Por eso, tendréis que seguir permanentemente perfeccionando estos últimos.

Yo siempre digo que no hay día de mi vida en el que no aprenda algo, bien del estudio, bien de la avidez de aprender, bien de lo que me enseñan otras personas más cualificadas y, desde luego, de mis propios errores.

Pero igual o incluso más importante será, para vosotros, mantener una actitud fuera del conformismo, la atonía y el desencanto. No siempre será fácil. Pero ahí está el reto. Eso es lo que distingue a los líderes y a los visionarios que cambian las reglas del juego e innovan, del resto.

Porque el liderazgo no es un título, sino una actitud. Ser líder significa tomar decisiones difíciles con integridad. Significa mirar más allá del beneficio inmediato y pensar en el legado que dejaremos. Significa comprender que la verdadera riqueza de un país no está solo en sus recursos naturales, sino en sus personas, en su talento y en su conocimiento.

Por eso, nunca dejéis de aprender. La educación que habéis recibido aquí, en esta Escuela, es una roca firme sobre la que podéis construir cualquier cosa, pero el conocimiento es un río que nunca deja de fluir. Bebed siempre de él. Seguid estudiando, explorando, innovando. Convertíos en expertos, pero también en visionarios.

Y, os sugiero que no olvidéis que la ingeniería no son solo números y fórmulas. También está íntimamente ligada con las humanidades, la literatura, la música e

incluso por la poesía. Ingeniería es creación. Es belleza. No dejéis de mirar el mundo a vuestro alrededor. Así os alimentaréis de esa fuente inagotable de vida y de esperanza que os ayudará a resolver los problemas de hoy, para un brillante futuro como el que os espera.

También tendréis que progresar en lograr una industria para todos y lograr la integración de la mujer en la ingeniería minera y energética. No es solo una cuestión de justicia, sino una necesidad para el progreso. Porque el futuro de esta industria se construye con talento, sin importar el género, la religión o el color.

Al salir de aquí, llevaréis el nombre de esta Escuela allá donde vayáis. En el futuro, ésta será el faro que os guíe en las noches luminosas y también en aquellas más oscuras. Los malos momentos se perderán en la niebla del pasado y sólo os quedarán los buenos recuerdos, los mejores profesores y vuestra red de amigos que son, desde ahora, nuevos colegas.

En la próxima década, todos los ingenieros de la generación del baby-boom nos vamos a retirar. Y vosotros, muchos menos, tendréis la responsabilidad compartida de tomar nuestro relevo y llevar sobre vuestras espaldas el desarrollo de esta industria.

Y, más allá de vuestras habilidades técnicas, de vuestra capacidad de análisis o de vuestro dominio de la ingeniería, lo que verdaderamente os distinguirá será vuestra capacidad de soñar y de hacer realidad esos sueños.

Porque el futuro no se encuentra. El futuro se construye. Y lo construiréis con cada elección que toméis, con cada desafío que enfrentéis, y con cada valor que defendáis.

Permitidme, para terminar, unos últimos deseos.
Os deseo que nunca perdáis vuestra intuición, el amor por lo que hagáis, y que siempre encontréis oportunidades en las adversidades. El éxito comporta entender nuestros propios errores y aprender de las caídas para levantarnos más fuertes y decididos.

Os deseo que nunca dejéis de lado la pasión, el trabajo duro, el empuje, la creatividad, la generosidad, el bien común y la perseverancia para crear un mundo mejor, para que vuestro esfuerzo y el trabajo trasciendan de vosotros y cuenten para los demás.

Os deseo que nunca os conforméis con lo establecido: investigad, preguntad, id más allá. Porque solo aquellos que desafían lo imposible consiguen cambiar el mundo.

Os deseo que siempre recordéis que la grandeza no está en lo que poseemos, sino en lo que dejamos a los que vienen detrás.

Y, sobre todo, os deseo que nunca olvidéis de dónde venís, porque la mejor brújula para el futuro es el orgullo de nuestras raíces y, también, la humildad.

Hoy recibís un título, pero también la responsabilidad de ser la generación que cambiará la industria y con ella, la sociedad.

La que demostrará que la minería y la sostenibilidad no son opuestas, sino aliadas. La que hará que el progreso no sea solo económico, sino también humano.

Así que salid al mundo con la cabeza alta y la mirada firme. Sed audaces, sed honestos, sed inconformistas.

Buscad siempre la excelencia, pero nunca a costa de la ética. Trabajad duro, pero nunca olvidéis vivir con pasión.

Desde hoy sois más que ingenieros: sois los guardianes de la Tierra, los ingenieros de un mañana más justo, más sostenible y próspero. Sois nuestro futuro. Y el mundo os está esperando.

¡Pasead por él el orgullo de vuestra profesión!

Enhorabuena, graduados. Nuestro futuro es vuestro.

¡Muchas gracias!

Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía (ETSIME)

C/ Ríos Rosas nº 21. 28003. Madrid
Tel: 910 676 602